Por John JalsevacWASHINGTON, DC, 24 de mayo de 2011 (Notifam) – El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) está sosteniendo su decisión de obligar a los profesionales médicos pro-vida a comercializar la llamada “anticoncepción de emergencia”, tales como las drogas Plan B o “ella”, que puede causar abortos.
En febrero, la administración Obama derogó las regulaciones protectoras de conciencia que se pusieron en marcha en los últimos días de la administración Bush. El Departamento de Salud y Servicios Humanos, dirigido por la fuertemente pro-aborto Kathleen Sebelius, emitió una nueva “regulación final”, que deja a los trabajadores de atención de la salud, en las entidades financiadas con fondos federales, una exención más estrecha de conciencia que sólo los protege de tener que participar en abortos o esterilizaciones.
En una carta a la Asociación de Obstetras y Ginecólogos Pro-Vida, los Estudiantes para la Vida de América, y varios otros grupos, Georgina C. Verdugo, Directora del Departamento de Salud y Servicios Humanos, defendió las nuevas normas, diciendo: “Las leyes federales de conciencia logran un delicado equilibrio entre los derechos de conciencia de los profesionales de la salud y los derechos de los pacientes para acceder a atención médica necesaria”.
La carta fue emitida en respuesta a una carta de queja de los grupos pro-vida, que habían instado al Departamento para proteger los derechos de los trabajadores de la salud a no participar en abortos, incluyendo el derecho de no ser obligados a distribuir las drogas con la etiqueta “anticonceptivos”, pero que en realidad pueden causar abortos.
Sin embargo, en respuesta Verdugo se ha limitado a la exposición de motivos de la nueva Regulación Final de la Administración Obama sobre los derechos de conciencia, según la cual, “[l]a prestación de servicios de anticoncepción nunca ha sido definida como aborto en el estatuto federal”.
“Si bien la Administración Obama no puede definir la vida como comienzo en la fertilización, muchos estadounidenses y los profesionales médicos lo hacen”, dijo en respuesta Kristan Hawkins, Director Ejecutivo de Estudiantes para la Vida de América.
“Los derechos de conciencia deben extenderse a los proveedores de atención de la salud que se niegan a participar en las acciones que ponen fin a la vida de un ser humano después de la fecundación. Las reglamentaciones del actual Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos son inadecuadas para proteger esos derechos de conciencia cuando drogas abortifacientes como “ella” y el Plan B están haciendo fracasar el vacío legal de la administración”.
La respuesta del Departamento se presenta cuando la Asociación Médica Cristiana (AMC) dio a conocer nuevos datos de una encuesta del 3 de mayo que muestra que el 77% de los adultos estadounidenses cree que es importante “garantizar que los profesionales de atención de la salud en Estados Unidos no están obligados a participar en los procedimientos y prácticas frente a los cuales ellos tienen objeciones morales”.
Una encuesta dada a conocer previamente por la AMC reveló que el 62% se opuso a la revocación de la norma de protección de conciencia para los profesionales médicos.
La droga “ella” fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA – Administración de Alimentos y Drogas] de Estados Unidos en agosto de 2010 para la venta en los Estados Unidos. La píldora es a la vez un anticonceptivo y un abortifaciente, pero la FDA decidió etiquetarlo sólo como un anticonceptivo, engañando a las mujeres y obligando a los profesionales médicos pro-vida para comercializar la droga que pone fin a la vida.
Versión original en ingles en http://www.lifesitenews.com/news/obama-admin-stands-by-decision-to-revoke-conscience-rights-for-dispensing-
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