31 de agosto 2011 (Notifam) – Esta semana, el ‘Taller de Sésamo’ (Sesame Workshop) en los Estados Unidos de América, la compañía que produce el programa para niños ‘Plaza Sésamo’ (Sesame Street), anunció que Bert y Ernie no se van a casar.
Bert y Ernie, dos de los muñecos Muppets en el programa, son mejores amigos. Ellos viven en la misma casa y duermen en la misma habitación – en dos camas doble separadas. Ellos pelean, ellos comparten, ellos disfrutan comerse juntos una galleta todas las noches.
Ellos son tan buenos amigos que algunos asumen que deben ser homosexuales. Y un grupo hizo uso de una petición cibernética para pedirle a Plaza Sésamo que diesen a conocer la verdad. Bert y Ernie, ellos dicen, deben salir fuera del clóset y casarse. Presumiblemente esto serviría para enseñar la tolerancia y el respeto por las diferencias – algo que, según comentan los peticionarios, Plaza Sésamo ha intentado hacer por años.
Pero Plaza Sésamo ha dicho claramente que Bert y Ernie son títeres y como tal, ‘Ellos no tienen una orientación sexual’. Es un buen argumento: pero ésa no es la única razón de que es una mala idea el que se casen.
Peter Roff, en su artículo redactado para la revista ‘Reportaje de Noticias en los Estados Unidos y el Mundo’ (US News and World Report), comenta que hay cosas que los niños pequeños no necesitan saber. ‘En algunas etapas de la vida’, él dice, ‘por ejemplo, para los años desde la edad de 2 a 14 (la demografía de Plaza Sésamo) – debe alzarse una pared que los separe de las pasiones de los adultos”.
Y la escritora del diario cibernético Alyssa Rosenberg condensó la objeción más grande: “Yo creo que realmente no ayuda a los hombres heterosexuales y homosexuales por igual”, ella dijo, “el perpetuar la idea de que todos los compañeros de habitación del mismo sexo, sean títeres o humanos, necesariamente tienen que ser una pareja homosexual…..Tales asunciones limitan la apertura a lo que sabemos es la masculinidad heterosexual, de modo muy extraño”.
Y ciertamente es extraño. Ello enseña la idea ridícula y profundamente destructiva, de que las amistades entre personas del mismo sexo, necesariamente son de carácter sexual. Y eso es lo que menos debemos querer enseñarles a nuestros niños, porque ello habrá de significar el fin de la amistad, en particular, de las amistades entre los hombres jóvenes.
Sin embargo, esto es precisamente el mensaje que es transmitido una y otra vez. Esta es la razón por la que los apologistas homosexuales quieren erotizar a Bert y Ernie, David y Jonatán, Jesús y el apóstol Juan, y Aquiles y Patroclo de la Ilíada de Homero.
Aparentemente, algunos en nuestra cultura son incapaces de comprender lo que es una amistad cercana sin sexo. Y esto choca con el sentido cristiano sobre la amistad.
“No hay nada en este mundo más real que la verdadera amistad”, señaló Tomás de Aquino, el gran teólogo del siglo trece.
Como hermanos y hermanas cristianos, nosotros estamos llamados a la amistad profunda entre unos y otros. Y aunque se nos haga más cómodo usar la palabra ‘hermandad’ que ‘amistad’, las relaciones cristianas que están marcadas por el amor, la honestidad, el desprendimiento, la intensidad, y la casta pasión fraterna el uno para el otro, constituyen un testimonio poderoso del amor de Dios en nuestro mundo, a gran escala, sin amigos.
A pesar de las diferencias en sus personalidades y temperamentos – y sin haber matices sexuales – Bert y Ernie son excelentes amigos. Y nuestros hijos necesitan ese tipo de ejemplo. Ellos lo necesitan de parte de la televisión, de los padres de familia, y especialmente de la iglesia, de modo que puedan ver más allá de la neblina hipersexualizada que los rodea.
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