Co-autoría con John Jalsevac
LONDRES, REINO UNIDO, 16 de septiembre 2011 (Notifam) – Una periodista del periódico estadounidense, The New York Times, recientemente jubilada, ha escrito un libro en el que detalla cómo ella cumplió con un sorprendente pacto para ayudar a su madre de 88 años de edad, Estelle, a morir de hambre.
En un extracto del libro, “A Bittersweet Season” [Una temporada agridulce], publicado recientemente en el Daily Mail, Jane Gross describe la creciente insatisfacción de su madre con la vida cuando se deterioró su salud, y su progresivo deseo de morir, a pesar del hecho que ella no era una enferma terminal.
“Así que ahí estábamos, mi madre y yo, deseando que ella fuere una enferma terminal y sintiéndome un poco rara al respecto”, escribe Gross acerca de sus conversaciones con su madre sobre su deseo de muerte.
Gross admite que “no estaba fingiendo que yo no había sido parte de su decisión [de morir], y que incluso podría decirse que la alenté”, pero afirma que se aseguró que su madre, con quien nunca había tenido un trato especialmente íntimo, estaba “haciendo esto por ella misma”, y no por el deseo de evitar a sus hijos “problemas y gastos”.
Finalmente, después que su madre deletreó la palabra “a-h-o-r-a”, Gross se reunió con el personal del hospital donde estaba internada su madre, y entonces comenzó el largo y penoso proceso de la muerte de su madre por hambre y deshidratación – un proceso que el personal le había dicho a Gross sólo duraría una semana, pero que en realidad duró 13 días.
Escribe que “a medida que pasaban los días, desde mi posición veía las manecillas del reloj en una esquina de la habitación de mi madre”. “Ellas parecían haber dejado de moverse. Ella pronto se convirtió en una curiosidad, cuando el personal se paraba en la puerta de la habitación para ver a la anciana que no se moría. Acusé al personal de birlar cubitos de hielo cuando yo me volvía de espalda. Yo me crispaba e impacientaba. Yo quería que mi madre avanzara y muriera, y me avergonzaba admitirlo”.
Finalmente, escribe Gross: “el día 13, sin comida ni agua, mi madre finalmente consiguió su deseo”.
En una entrevista con LifeSiteNews (LSN), Alex Schadenberg, el director ejecutivo de la Euthanasia Prevention Coalition [Coalición para la Prevención de la Eutanasia], expresó que lamentaba el relato de Gross, diciendo: “Lamentablemente, el concepto de deshidratación y hambre para hacer morir a una persona, si se hace en un forma voluntaria o no, se está volviendo más común”.
Dijo que “este triste artículo sobre la muerte de Estelle es presentado como un ejemplo de cumplimiento de la última petición o de certeza que ha quedado a salvo la autonomía de una persona”. “El hecho es que Estelle fue abandonada en su muerte”.
“Debemos dejar en claro que la deshidratación de una persona hasta morir, que de otro modo no moriría, no sólo es abuso de la buena atención, sino también eutanasia por deshidratación”, dijo Schadenberg. “La aceptación de la eutanasia por deshidratación lleva a la aceptación de matar a los más vulnerables de la sociedad. No puede continuar este abuso de los vulnerables”.
Schadenberg dijo que Compassion & Choices, el grupo que presiona por la legalización del suicidio asistido en Estados Unidos, publicó recientemente un artículo ensalzando las virtudes de la muerte por deshidratación.
Dijo que “la presión para legalizar el suicidio es utilizar a la muerte por deshidratación para quebrar la resistencia al suicidio asistido”. “Es bien sabido que una vez que las personas han experimentado la muerte de alguien por deshidratación, por compasión hacia el moribundo, ellos demandarán la muerte por dosis letal”.
Versión original en inglés en http://www.lifesitenews.com/news/how-i-helped-my-mother-starve-to-death-retired-new-york-times-reporter-pens
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