(“Creo que si lo consideras desde una perspectiva teológica o desde una perspectiva científica, en ambos casos, responder a esa pregunta con precisión está por encima de mi nivel.” Traducción nuestra)
Esta fue la respuesta de Barack Obama a la pregunta que le planteó el Pastor Rick Warren realizada en el Saddleback Forum en California: “¿Desde qué momento los bebés tienen derechos humanos?”. Todos los asistentes pudieron notar la terrible incomodidad y tono evasivo de la respuesta.
La respuesta frívola de Obama debería haber provocado risitas en el Simposio de Harvard, pero a los evangelistas en la audiencia de Saddleback no les hizo ninguna gracia. Sabían que el Pastor Warren estaba realizando una pregunta seria, que merecía una respuesta seria. Un hombre que probablemente se siente en el Despacho Oval de la Casa Blanca, debe ser capaz de responder esta clase de preguntas, también ellos lo sabían. Ningún Presidentes anterior ha considerado ninguna pregunta como que estaba por encima de su nivel. Es por eso que Harry Truman, por ejemplo, mantenía una placa en su escritorio que decía: “La responsabilidad es mía“. Si Obama consigue la presidencia, tendría que tener una placa en su escritorio que diga algo como: “La Respuesta a tu Pregunta podría estar Por Encima de Mi Nivel.”
Pero creemos que hay más que indecisión o confusión ante la actitud evasiva de Obama. No es que el Senador de Illinois no pueda responder en que momento los bebés tienen derechos humanos; es que el no se los dará. Fundamentalmente, porque Obama ya ha votado como Senador para negar algunos derechos (o mas bien todos sus derechos) a algunos recién nacidos. Lo que queremos decir es que, dado que en la Asamblea Legislativa de Illinois ya votó en contra de una ley que protegía a los bebés que sobreviven al procedimiento del aborto. Por lo tanto, es imposible no entender esto como un voto a favor del infanticidio.
La Ley de Protección para el Bebé que nace vivo (Born Alive Infant Protection Act-BAIPA) fue necesaria porque en los abortos tardíos, algunos de aquellos bebes destinados a la ejecución sobrevivían. De otra manera, estos sobrevivientes al aborto seguirían siendo tirados a la basura para que mueran sin ninguna compasión. Nancy Creger, una antigua enfermera de Atlanta y amiga de muchos años de Population Research Institute, fue la primera en sacar a la luz esta práctica en comienzos de los 80s. Ella descubrió que 14 bebés habían nacido vivos y posteriormente “se les permitió” morir en el Hospital Midtown famoso (porque no realiza otra cosa que abortos). Creger estaba horrorizada por esta información. Ella escribió más tarde que “los funcionarios encargados de ´Vital Records´ y algunos otros estaban ansiosos de publicar esta información. Me proporcionaron muchas copias fotostáticas de los certificados de defunción. Los llevé a mi casa y esparcí 14 de ellos en el piso de mi dormitorio, entonces empecé a llorar, lloré con rabia y con dolor.”
Años después, la enfermera Jill Stanek descubrió una práctica similar en el Hospital Christ en Oak Lawn, Illinois. Los bebés que nacían vivos, literalmente, eran echados a la basura para morir.Ella trabajó muy duro para que el proyecto de Ley de Protección a Sobrevivientes del aborto se aprobara en Illinois, pero se enfrentó a la oposición tenaz de un legislador estatal de nombre Barack Obama. Éste votó en contra de la aprobación de la ley y el proyecto fue eficazmente eliminado.
En el año 2000, un proyecto de ley similar fue presentado a la Cámara y Senado de los Estados Unidos. La Ley de Protección para estos bebés sobrevivientes al aborto no intentaba revocar Roe vs. Wade. Una “cláusula de manera neutral” que explicitaba este punto fue añadido posteriormente a su presentación para aplacar los ánimos de las feministas radicales. El único propósito de ese proyecto de ley fue extender la protección legal a todos los bebés que nacían vivos, incluyendo a aquellos que habían sufrido un intento de aborto.
NARAL atacó de inmediato el proyecto, advirtiendo a los representantes del aborto que debían votar en contra. Sin embargo, cediendo a la presión pública casi todos los miembros pro-abortistas de la Cámara votaron a favor del proyecto. Ninguno, ni aquellos que habían apoyado el aborto incondicionalmente durante años, querían estar registrados como soporte de lo que en efecto es un infanticidio. El proyecto se aprobó en la Cámara con un margen de 380-15, pero después murió en el Senado. No fue hasta el año 2002, cuando la “cláusula de neutralidad” fue agregada, que el proyecto se aprobaría en el Senado y la Cámara sin voto en contra y decretada por el Presidente Bush.
Cuando se conoció públicamente el voto de Obama en la Asamblea Legislativa de Illinois, éste empezó a “fabricar” una versión más aceptable de lo que pasó realmente. El insistió que la única razón por la que votó en contra de la versión inicial del “Proyecto de Ley de Protección para el Bebé que nace vivo” fue que el proyecto carecía de la mencionada “cláusula de neutralidad”. Desafortunadamente para Obama, esto resultó no ser verdad. De hecho, el registro oficial muestra que antes de que emitiera su voto, ya la “cláusula de neutralidad” había sido incorporada al proyecto de ley, a su propia insistencia. Lo peor de todo es que aún con la inclusión de la cláusula, Obama votó contra ese Proyecto de todas maneras. Su “versión” de que su voto se basó en la falta de la cláusula de neutralidad, a lo mejor, fue falta de memoria, pero podría muy bien ser una mentira completa.
Todos estos detalles han sido documentados exhaustivamente por el Comité Nacional del Derecho a la Vida y posteriormente verificado por FactCheck.org. Los detalles completos están disponibles aquí. http://www.nrlc.org/ObamaBAIPA/Obamacoveruponbornalive.htm
Para empeorar el asunto, cuando Obama falseó la información de su propio registro que fuera hecha pública por el Comité Nacional del Derecho a la Vida, él procedió a desviar la atención sobre los hechos y a atacar al mensajero. “El Comité Nacional del Derecho a la Vida no ha dicho la verdad”, vociferaba en una entrevista de la CNN. “Detesto decir que las personas están mintiendo, pero aquí hay una situación donde están mintiendo”.
A lo que el Comité Nacional del Derecho a la Vida respondió “O nos acusa de falsificar documentos o debe admitir que ha mentido sobre su registro de voto”. A la fecha, Obama no ha respondido, quizá esperando que el asunto simplemente se desvanezca.
El movimiento pro-vida no debería permitir que esto suceda.
El que Obama sea tan contemplativo con el lobby pro-aborto, como para no mover ni un dedo para ayudar a las pequeñas victimas del aborto que están luchando por su vida, lo hace el más radical político a favor del aborto, más que cualquier otro senador en sesión incluyendo a Hillary Clinton. Esto explicaría el porque no votó simplemente “presente” en el proyecto del Ley de Protección para el Bebé que nace vivo, tal como lo hizo en muchas otras leyes polémicas. Estaba muy ocupado tratando de congraciarse con la industria del aborto, quizá con la idea de postularse para el Senado de Illinois que mas tarde ganó.
Ahora se está postulando para presidente y debe estar sometido a un análisis de un estándar mucho más riguroso. Es por eso que su comportamiento al ser descubierto mintiendo acerca de su registro es tan preocupante. No sólo empezó a obrar con disimulo, como cualquier político común, sino que inmediatamente emprendió un ataque a sus acusadores. Confiarle la oficina con más poder en el planeta, junto con el control del FBI y el Departamento de Tesorería de los Estados Unidos, a alguien que no cree que los norteamericanos somos dignos de protección y persigue a sus detractores, es motivo de seria reflexión.