La candidata a la vicepresidencia del partido republicano, sometida a minucioso escrutinio en su vida y su familia, genera críticas por su pensamiento y fuertes defensas. Lo mismo fuera de EE.UU., prueba es este editorial de Forum Libertas de España
Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia de EEUU, tiene un currículum ejemplar.
Júzguelo usted mismo: elegida gobernadora de Alaska el 2006 a las 42 años es la persona más joven en un cargo de esta naturaleza. Antes, fue alcaldesa durante 10 años de su pueblo, Wasilla.
De familia trabajadora que inmigró a Alaska, Palin es un ejemplo de esfuerzo y capacidad personal. Casada con su primer novio, de esto hace 20 años, Sarah tiene cinco hijos, el último es un bebé con Síndrome de Down.
Licenciada en periodismo, esta mujer, gobernadora, periodista de profesión y, sobre todo, madre y esposa se ha convertido en la bestia negra del Partido Demócrata y por extensión de la progresía de nuestro país, España.
¿Por qué?
La razón es doble. Para los demócratas es percibida como una amenaza electoral, a diferencia de lo que sucede con su candidato a la vicepresidencia. Mujer decidida, fuerte, con éxito político, de buena planta, puede captar el voto de las huérfanas de Hillary Clinton, a parte de sus numerosas seguidoras, mujeres de clase media baja, trabajadoras que siguen viendo en Obama a un elitista alejado de lo que son sus problemas como mujeres, esposas, madres y trabajadoras. Pueden encontrar en Palin una figura más convincente, y ello significaría un chorro de votos, algunos millones, de los que están en juego.
Además a la progresía de aquí y allí les ofende el éxito de que siendo mujer y joven se declare cristiana, contraria al aborto y firme defensora de las virtudes y valores morales. Esto, obviamente, refuerza el atractivo republicano entre el decisivo voto religioso de aquel país, sobre todo, en los estados del centro y el sur.
Y esta combinación de temor a su efecto electoral y un testimonio de vida políticamente incorrecto, es lo que les crispa hasta la exasperación.
¿Dónde se ha visto querer tener un hijo que tiene un síndrome de Down en lugar de abortar?
¿Dónde se ha visto que haga 20 años que está casada con el mismo hombre?
¿Dónde se ha visto que una mujer con cinco hijos además de ir a la iglesia los domingos tenga tiempo para trabajar y realizar una brillante carrera política?
Y como eso no puede ser, han hurgado y hurgado, han buscado pelos y señales para encontrar la historia negra, porque piensan que la virtud no existe, que es siempre una máscara. Y es que lo peor de la progresía no son sus ideas sino su feroz y cruel intolerancia.
Y ¿qué han encontrado?
Pues que a su marido, que no a ella, le impusieron una sanción de tráfico hace 20 años por dar positivo en alcoholemia ¡gran argumento electoral!
Y también han encontrado que ella fue a cazar una vez ---también caza, pesca y hace atletismo, por ejemplo, corre maratones--- sin licencia. ¡Otro tremendo gran argumento político!
Y como es evidente que todo esto no es nada se han abalanzado como perros de presa sobre una muchacha de 17 años, la hija mayor de Sarah. Su foto ha recorrido todo el mundo, y los permisivos, los liberales, los progres, han señalado con el dedo acusador: “está embarazada y no está casada”. ¡¡Anatema ¡¡
Y este es el gran argumento “político” contra Sarah Palín, aquello que creen que impedirá que pueda prosperar como candidata.
¿Quién recuerda ahora a Clinton y sus juegos en el Despacho Oval de la Casa Blanca con la becaria, Mónica Lewinsky, y los puros cubanos? Los mismos que decían que aquel proceder presidencial correspondía a su vida privada y no a su cargo político, Despacho Oval incluido, son los que ahora levantan el dedo acusador.
Pero es que además, la hija y su novio, un compañero de estudios, se casarán y tendrá el hijo, algo que la progresía todavía debe considerar más inconveniente porque lo que el manual exige en estos casos es abortar.
Son una banda de hipócritas, de sepulcros blanqueados, que no se detienen ni ante la inocencia de una muchacha de 17 años que paga así el que su madre sea candidata a vicepresidenta de su país. Como argumento político es simplemente repugnante.