En el día de ayer y con la firma de Mons. Mario Maulión, Arzobispo de Paraná; del Pastor Ricardo Díaz, Presidente de Federación de Consejos de Pastores de Entre Ríos; del Pastor Ramón Sale, Subdirector de Cultos y Colectividades de la Municipalidad de Paraná y del Pastor Kucharenko, Presidente de Consejo de Pastores de Paraná; distintas instituciones religiosas hicieron público su rechazo al proyecto sobre “uniones civiles” que trataría esta tarde la Convención Constituyente.
El proyecto de reforma, afirman: “ofende la moral pública de millones de familias argentinas que han enseñado y quieren seguir enseñando a sus hijos que la unión matrimonial tiene como fundamento la unión libre y permanente de un varón y una mujer. Lo que "se puede descubrir a partir de los elementos biológicos y antropológicos por la fuerza de la razón".
Respecto a la convivencia de personas del mismo sexo puntualizan: “Otorgarle legalidad perjudicará sin duda de una manera netamente negativa a la familia argentina” (.) “Constituye una grave injusticia sacrificar el bien común y el derecho de la familia con el fin de obtener bienes que pueden y deben ser garantizados por vías que no dañen a la generalidad del cuerpo social”.
A continuación el texto completo del comunicado:
¿UNION CIVIL DEL MISMO SEXO EN LA CONSTITUCIÓN ENTRERRIANA?
“El Estado reconoce a las personas el derecho a unirse libremente con independencia de su sexo u orientación sexual, en una relación de afectividad estable y pública, con tratamiento normativo equivalente al de los cónyuges. La inscripción legal de dichas uniones será formalizado en las oficinas del Registro del Estado Civil de las Personas, en la forma que lo establezca la ley”.
Con este enunciado algunos convencionales proponen que en la Constitución de la Provincia de Entre Ríos se incorpore la unión civil o de parejas del mismo sexo. Nos encontramos ante un intento de hacer que cualquier tipo de unión, incluso entre personas del mismo sexo, sea jurídicamente equivalente al matrimonio, que es una unión estable de un varón y una mujer.
Como varones y mujeres cristianos rechazamos este intento de oficializar lo que nuestra constitución nacional también rechaza en el enunciado del articulo 19 cuando dice: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”.
Este proyecto lo consideramos anticonstitucional por las siguientes razones:
1. En primer lugar es claro que ofende la moral pública de millones de familias argentinas que han enseñado y quieren seguir enseñando a sus hijos que la unión matrimonial tiene como fundamento la unión libre y permanente de un varón y una mujer. Esto es patrimonio no sólo de los creyentes sino de una gran parte de nuestra nación argentina. No se trata de un dato exclusivamente religioso. Se puede descubrir a partir de los elementos biológicos y antropológicos por la fuerza de la razón.
Sólo la unión estable de un varón y una mujer está en condiciones de asegurar adecuadamente la procreación y la supervivencia de una sociedad humana. De ahí que equiparar cualquier otro tipo de unión significa ir en desmedro de la importancia fundamental de la institución matrimonial y familiar.
2. En segundo lugar, también es claro que perjudican a un tercero, ya que a partir de determinar la legalidad de este tipo de uniones se pone un fuerte condicionamiento a la educación que muchos padres quieren impartir a sus hijos en el seno de la familia, haciendo esta tarea propia de los padres muy difícil y complicada. La libertad de unirse o no con seres del mismo sexo siempre se ha ejercido como hecho o fenómeno privado, aunque la gran mayoría de las familias argentinas no compartan esto. Consideramos que otorgarle legalidad perjudicará sin duda de una manera netamente negativa a la familia argentina.
3. Convivir con personas del mismo sexo u orientación sexual, como se dice, cabe dentro de lo que el articulo de la constitución nacional garantiza diciendo: “las acciones privadas de los hombres...” De hecho hay muchas otras acciones privadas de los hombres que también ocurren dentro de esa libertad y que se resiste a aprobar, pero que están a la puerta de cada hogar, golpeando para poder entrar y hacerse espacio como un valor socialmente aceptado, para luego exigir legalidad. En este caso no es sólo la religión cristiana la responsable de propiciar la normativa para una sociedad mas sana, sino también lo son las autoridades que esta sociedad ha escogido.
4. No se puede aducir que legalizar este tipo de uniones es necesario para evitar que los convivientes pierdan el efectivo reconocimiento de los derechos comunes que tienen en cuanto personas y ciudadanos. Como todos los ciudadanos, pueden recurrir al derecho común para obtener la tutela de situaciones jurídicas de interés recíproco. Constituye una grave injusticia sacrificar el bien común y el derecho de la familia con el fin de obtener bienes que pueden y deben ser garantizados por vías que no dañen a la generalidad del cuerpo social.
5. Finalmente afirmamos que: No juzgamos a las personas aunque no la compartimos ni aprobamos las conductas incoherentes o contrarias a la naturaleza humana, como no compartimos el robo, el asesinato, la mentira, etc., ni tampoco los discriminamos sino que como pastores abrimos las puertas de nuestro templos para ayudar a toda persona, que quiera ser ayudada, a hallar un camino mas excelente, que para los cristianos es el que es alumbrado por las enseñanzas de la palabra de Dios, la Biblia.
Firman las siguientes instituciones:
Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina; Arzobispado de Paraná; Unión de las Asambleas de Dios; Federación Argentina de Iglesias Evangélicas; Convención Evangélica Bautista Argentina; Federación de Consejos Pastorales Evangélicos de Entre Ríos y el Consejo de Pastores de Paraná.
Pastor Lic. Ricardo Díaz, Presidente de Federación de Consejos de Pastores de Entre Ríos, Pastor Ramón Sale, Subdirector de Cultos y Colectividades de la Municipalidad de Paraná, Pastor Kucharenko, Presidente de Consejo de Pastores de Paraná y Mons. Mario Maulión, Arzobispo de Paraná