BRUSELAS, viernes, 5 septiembre 2008 (ZENIT.org).- El pasado miércoles, el Parlamento Europeo votaba una resolución sobre el quinto objetivo del milenio propuesto por las Naciones Unidas, y que se refiere a la salud materno-infantil. Según recoge la edición de hoy de L'Osservatore Romano, en esta resolución se propone llegar en el 2015 al "acceso universal a la salud reproductiva", entre ellos explícitamente el recurso al aborto, especialmente en los países en vías de desarrollo.
Se pretende contrarrestar así, se explica, la elevada mortandad materna en muchos de estos países.
Además, en uno de los apartados, la resolución "deplora la prohibición, sostenida por las Iglesias, de usar contraceptivos", ya que, afirma, el uso del preservativo es "fundamental" para "prevenir enfermedades y embarazos no deseados".
Monseñor Giuseppe Merisi, obispo de Lodi y representante de la Conferencia Episcopal Italiana ante la COMECE (Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea) lamentó la referencia al aborto como "derecho".
En declaraciones al diario vaticano, monseñor Merisi aclaró que la verdadera ayuda a las personas del Tercer Mundo deben "afrontarse de forma diferente, tutelando la vida y condenando el aborto, que no es un derecho".
"Por desgracia, tanto en los temas de defensa de la vida como de la familia y otros aún, existe una sensibilidad difusa, presente como se ve en el Parlamento Europeo, que privilegia los derechos de la libertad individual contra y por encima de los grandes valores de la vida y la dignidad humanas", añadió.
Para el prelado, es necesaria una "mayor sensibilización" de las conciencias y las instituciones sobre estos temas, "a nivel europeo".
Monseñor Merisi añadió que sería oportuno crear una especie de "red" para que las "realidades de inspiración cristiana se escuchen, se pongan de acuerdo y transmitan el mensaje adecuado a los políticos católicos del Parlamento".