Por Jeremy Kryn
LONDRES, 12 de octubre 2011 (Notifam) – Según un alarmante nuevo estudio, el anticonceptivo más popular entre las mujeres en el este y sur de África, podría ser causa de un doble del riesgo en quedar infectadas con el VIH.
Los investigadores en la Universidad de Washington en los Estados Unidos de América, publicaron sus hallazgos el pasado 4 de octubre en la revista The Lancet, en la edición dedicada a las enfermedades infecciosas, sobre la vacuna del anticonceptivo hormonal, que les es dado cada tres meses.
Los investigadores también hallaron que cuando es usado por las mujeres que ya son VIH positivo, el anticonceptivo podría doblar la probabilidad de que los hombres, con quienes las mujeres sostienen relaciones, queden infectados, frente a las ocasiones cuando las mujeres no habían usado anticonceptivo alguno.
“Este es un buen estudio, y yo creo que aporta una evidencia adicional importante”, dijo el doctor Charles Morrison, director ejecutivo del área de la clínica de las ciencias en la FHI 360 (Family Health International / Salud de la Familia Internacional) , y quien suplió un comentario de su parte que es parte del artículo publicado por la Lancet, según el periódico The New York Times en los Estados Unidos de América. Él dijo que, aunque la nueva investigación es limitada en ciertos aspectos, incluyendo en su uso de la data que no contaba originalmente con la intención de determinar el vínculo entre el uso de un anticonceptivo y la VIH, sí es sólida en comparación con otros estudios previos, porque los investigadores rastrearon la transmisión del VIH a los hombres y las mujeres por igual, al seguirles la pista a las parejas.
Para el estudio, en el que estuvieron involucradas 3,800 parejas de Botsuana, Kenia, Ruanda, África del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia, se les siguió la pista a la mayoría de las parejas por dos años y se mantuvieron detalles sobre los métodos anticonceptivos que usaban. Dentro de cada pareja, o el hombre o la mujer ya habían contraído el VIH, y en el estudio se anotó si la persona que no estaba infectada contrajo el VIH de la persona infectada.
La investigación, que fue presentada durante una conferencia internacional del SIDA este verano pasado, halló que las mujeres que usan la vacuna hormonal, que es probablemente una versión genérica, quedaban infectadas a una tasa de un 6.61 por cada 100 persona-años, en comparación con una tasa de un 3.78 de aquellos que no usaban dicho método. Cuando era usado por las mujeres que son VIH positivo, la transmisión de la VIH a los hombres ocurría con una tasa de 2.61 por cada 100 personas-años, en comparación con una tasa de un 1.51 cuando las mujeres no habían usado un anticonceptivo.
Según la New York Times, cerca de 12 millones de mujeres entre las edades de 15 a 49 años de edad, en la región del sub-Sahara en África, siendo aproximadamente el 6% de todas las mujeres entre esas edades, usan las vacunas hormonales.
El estudio determinó que el aumento en la infección no ocurría porque las parejas que usaban la vacuna hormonal eran menos predispuestas a usar los condones.
Pfizer, la compañía fabricante de la versión marcada de la vacuna hormonal, la Depo-Provera, declinó el ofrecimiento de la New York Times para comentar sobre el estudio.
Como resultado del estudio, la Organización Mundial de la Salud dijo en enero de este año que se reunirá para considerar si se les debe aconsejar a las mujeres que la vacuna hormonal podría aumentar el riesgo de infectarse o de transmitir el VIH.
“Nosotros queremos asegurarnos de que se emita una advertencia, cuando existe una necesidad real de una advertencia a esos efectos, pero a la misma vez, nosotros no queremos adelantarnos con un juicio prematuro que podría tener unas consecuencias severas para la salud sexual y reproductiva de las mujeres”, dijo Mary Lyn Gaffield, una especialista en la epidemiología en el departamento de salud reproductiva y de investigación de la Organización Mundial de la Salud, según la New York Times. “Esto es un dilema muy difícil”.
La idea de que los anticonceptivos podrían significativamente ser causa de un aumento en las tasas de infección de la VIH no es una novedad. Jennifer Kimball, directora ejecutiva de la Fundación Cultura de la Vida (Culture of Life Foundation), y Steve Mosher, Presidente del Instituto para la Investigación sobre la Población (Population Research Institute), advirtieron en agosto de este año que, a la vez que con los programas de control demográfico se han promovido las drogas anticonceptivas basadas en las esteroides, a decenas de millones de mujeres en el tercer mundo, dichas mujeres que consumen las drogas anticonceptivas basadas en hormonas y esteroides, se encuentran en un mayor riesgo de contraer unas infecciones por transmisión sexual.
El doctor Edward Green, presidente del Fondo para la Nueva Paradigma (New Paradigm Fund), y pasado director del Proyecto de Investigación para la Prevención del SIDA (AIDS Prevention Research Project) en la Escuela de Salud de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos de América, y un principal crítico de la promoción de los condones hecha por el grupo dirigente de la prevención del SIDA, le ha dicho en el pasado a Lifesitenews/Notifam, que “la fidelidad (en ocasiones descrita como la reducción en el número de las parejas), y en menor grado, la abstinencia (o incursión tardía en la actividad sexual), es lo que mejor funciona para prevenir el SIDA, especialmente en África”.
Unos comentarios hechos por Green en 2009 hicieron primera plana, pues él sostuvo el argumento del Papa Benedicto XVI de que los condones realmente son causa de un aumento del problema del VIH y el SIDA.
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