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DuPage, Illinois, 4 de octubre 2011 (Notifam) – Rebecca tenía veintitrés años, era soltera y disfrutaba una exitosa carrera como bailarina profesional cuando se enteró, consternada, que estaba embarazada. La noticia no podía haber llegado en un momento más inoportuno.
Era febrero de 2009, y Rebecca acababa de firmar un contrato con la Ópera Nacional de Washington, Distrito de Columbia, en los Estados Unidos de América, para bailar para ellos, desde abril hasta junio de ese año.
“Tuve que decidir si iba a continuar con el contrato, o si iba a salir porque estaba embarazada”, dijo la bailarina, que deseaba ser conocida sólo por su primer nombre, le dijo a LifeSiteNews en una entrevista. “Esa fue una decisión muy difícil de hacer, porque yo no estaba seguro cuánto de mi cuerpo mostraría al principio”.
“Yo estaba asustada, nerviosa y perturbada”, confesó.
Rebecca, que había sido educada en un hogar pro-vida y cristiano, sentía ahora que estaba frente a la agónica elección de cualquiera de terminar con su embarazo o potencialmente poner fin a su carrera.
Mientras que las bailarinas casadas a veces actúan después de tener hijos, a menudo por mantener conexiones con la industria a través de sus maridos bailarines, Rebecca dice que la situación no es la misma para las madres solteras. No sólo las madres solteras se enfrentan a una ruptura paralizante en su carrera, sino que existe la dificultad añadida de encontrar cuidado para los niños que pueda complacer el horario errático de una bailarina.
Rebecca dice que ella nunca había conocido a una bailarina profesional que fuese también madre soltera.
Sin embargo, la joven madre embarazada finalmente logró terminar su contrato con la Ópera de Washington, tras lo cual regresó a su ciudad natal de Chicago. Una vez allí mantuvo su embarazo oculto a la familia y amigos.
Un día, abrumada por la idea que llegar a ser madre sería destruiría la carrera para la cual ella había trabajado tan duro para construir, fue a una tienda de hierbas en la búsqueda de un método de aborto “holístico”. Lo que encontró en su lugar fue una dependienta pro-vida, que le dio información sobre un centro local de apoyo para las mujeres embarazadas, CareNet Pregnacy Services of DuPage.
Rebecca fue y se le efectuó una ecografía en uno de sus centros. Pero lo que realmente le afectó, dice, fue encontrarse con una mujer que había abortado, con la que CareNet la puso en contacto.
“Ella habló de lo mucho que lo lamentaba”, recuerda Rebecca. “Una cosa que fue como un golpe para mí es que ella dijo que nunca se lo había contado a nadie”.
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Rebecca decidió franquearse a una amiga cercana, quien a su vez le confió que ella misma era post-aborto.
Todavía indecisa, Rebecca pidió una cita con Planificación Familiar. Sin embargo, la mañana de la cita ella se puso en contacto con su amiga, quien se acercó y le ayudó a dar la noticia a sus padres.
Rebecca dio a luz a una niña en noviembre, y ha logrado volver ciertamente a la danza profesional. Ella reconoce el apoyo de sus padres, que cuidan de su hija cuando ella está de gira, para hacer posible su retorno a la danza.
A su hija Jennifer, que tiene casi dos años de edad, le encanta bailar con su madre y aplaudirla en las competencias y espectáculos.
“Ella es mi pareja de baile. Eso es una bendición. Le encanta bailar conmigo en casa y simplemente bailamos alrededor de la casa”, dice Rebecca. “Tenerla [a ella] me ha hecho una persona más feliz”.
El consejo de Rebecca a otras mujeres que enfrentan embarazos no deseados es no tener miedo de acceder a la ayuda que está disponible para ellas.
Pero ella dice que “tenía miedo de ser juzgada por la gente en la iglesia y la gente que yo conocía en la comunidad cristiana”. “Estar embarazada y ellos sabiendo que no estás casada, es como llevar la letra roja escarlata”.
Pero ella dice que el apoyo de los que estaban a su alrededor cuando ella finalmente se abrió y pidió ayuda fue lo que finalmente la hizo llegar a destino.
Dice que “ha habido personas que se acercaron a mí, me abrazaron y me dijeron que Dios me amaba por lo que soy y no por lo que he hecho”.
Cara Bain, directora adjunta de la Consejería en CareNet, de Dupage, secunda la necesidad de una red de apoyo. Ella dice que su centro se esfuerza por llenar el vacío de las mujeres que se encuentran abrumadas por presiones para abortar en vez de recibir un cariñoso apoyo.
Ella le dijo a LifeSiteNews/Notifam (LSN) que “ofrecemos servicios que puede ofrecer el apoyo positivo en su vida que a la interesada le puede estar faltando”. “Tenemos un programa que se llama Connections[Conexiones] que reúne a un grupo de mujeres en una iglesia local con una embarazada, para que pueda recibir apoyo emocional durante el embarazo”.
El Centro también mantiene un consejero profesional en el personal, que puede llevar a cabo sesiones familiares con los padres de una mujer embarazada o con su novio.
La organización celebra este año su 30º aniversario, y estima que han ayudado de ocho a diez mil mujeres como Rebeca, para que opten por la vida a través de este tipo de intervenciones.
Según Bain, las mujeres con embarazos en crisis sienten a menudo que se apresuraron a tomar una decisión muy rápidamente y no se dan suficiente tiempo para pensar la decisión. A menudo son influenciados por las muchas voces de la gente que está alrededor de ellas, pero en última instancia la decisión debe ser suya.
Su consejo a las mujeres con embarazos en crisis es que “aunque las personas que te aman son importantes en este proceso, en última instancia es tu propia voz la que más importa”. “Tú quieres tomar una decisión que puedas sostener”.
Rebecca no podía estar más de acuerdo.
“Sigue a tu corazón”, dice ella. “Este no es el final. Este es el comienzo de algo nuevo”.
Versión original en inglés en http://www.lifesitenews.com/news/pregnant-on-pointed-shoes-how-one-professional-dancer-risked-her-career-to
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