Por Juan Francisco Jiménez Jacinto
La acusación fiscal relata que las mujeres abortaban el mismo día que visitaban por primera vez la clínica, lo hacían sin informe psiquiátrico y pagaban de 500 a 5.000 euros. Una mujer abortó un embarazo de más de ocho meses pagando 5.500 euros.
El caso Morín, cuyo inicio de juicio se encuentra en su recta final, no deja de sorprender por los escalofriantes datos que se derivan de las diligencias previas al inicio del proceso. Es el caso de la información que aportan las conclusiones provisionales de la Fiscalía del Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona encargado de juzgar el caso.
En el texto, el fiscal del caso, A. J. Crespo Cuadrado, explica en sus diligencias previas que el 90% de las mujeres abortaban el mismo día de la primera visita. Esa circunstancia no aportaba margen de reflexión a las mujeres que abortaban, y era un mecanismo para que éstas no se echaran atrás.
Además, el precio de cada aborto oscilaba entre los 400 y los 5.500 euros dependiendo de si se trataban de intervenciones supuestamente realizadas fuera del plazo que estipulaba la Ley entonces vigente. En el informe de la acusación consta que un aborto de un feto de 15 semanas costaba 500 euros; de 22 semanas, 400 euros; de 27 semanas, 5.000 euros (supuestamente se realizaron 32 abortos de este tipo); y de 30 semanas, 3000 euros (en el texto fiscal constan tres casos de este tipo).
Además, la ley obligaba a aportar un informe psiquiátrico correspondiente a cada mujer que se acogiera al supuesto de posibles daños psicológicos si tiraba adelante el embarazo. En el 100% de los casos por los que se juzgará a Morín y sus colaboradores hay inexistencia de un dictamen psiquiátrico.
Otro detalle que sorprende del texto es que tanto el doctor Morín como los enfermeros Pascual Javier Ramón y Javier Carrato realizaron presuntamente abortos sin conocer a sus pacientes ni haber tenido con ellas una cita anteriormente.
Los casos más extremos
Es conocido que numerosas extranjeras de origen europeo vienen a abortar a España por poseer una legislación más laxa con el aborto que sus países de origen. En este sentido, el fiscal del caso que juzga a Morín y a sus colaboradores describe tres casos en los que la embarazada ignoraba el contenido del documento que firmaba porque no sabía leer en castellano.
Algunos casos que se describen en las conclusiones previas al juicio sorprenden por sus especiales y escabrosas características. Es el caso de una mujer que se personó en la clínica del doctor Morín con un embarazo de 30 semanas de gestación (siete meses y medio) y abortó el mismo día y tras la primera visita abonando un coste de 3.000 euros. Otra mujer abortó un feto de 33 semanas (más de ocho meses) pagando 5.500 euros y siendo intervenida el mismo día de su primera visita. Por último, cabe destacar el caso de una niña de 14 años que llegó con un embarazo de 22 semanas (cinco meses y medio) y fue intervenida el mismo día tras pagar 2.400 euros.
El caso Morín ha levantado gran expectación por tratarse del juicio sobre abortos ilegales más importante realizado nunca en España por la abundancia de casos y lo extremo de los mismos.
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