Por Hilary White
ROMA, 17 de octubre 2011 (Notifam) – No existe tal cosa como un “derecho” al aborto, ha comentado Lord Nicholas Windsor este pasado fin de semana en el periódico inglés The Daily Telegraph (El telégrafo diario). Lord Windsor, el hijo más joven del Duque de Kent y primo segundo de la Reina Isabel II, se está dando a conocer, no sólo por ser uno de esos pocos miembros de la familia real inglesa que se convirtió al catolicismo, sino más recientemente por su declarada oposición al aborto legalizado, que él compara con la eugenesia.
El costo del aborto, dijo Lord Windsor, “es demasiado alto porque el costo se paga con la vida inocente”.
Por medio de una declaración pública, Lord Windsor y Lord Alton de Liverpool denunciaron la campaña “subversiva” por parte de las distintas oficinas de la Organización de las Naciones Unidas/ONU que intimidan a los países para que acepten el aborto como un derecho humano internacional. Ambos dirán, ante una reunión en la Casa de los Lores, que esta campaña tiene que ser detenida para “sostener el derecho a la vida de los niños concebidos”, la cual es garantizada por medio de numerosos acuerdos internacionales.
“Francamente, los oficiales y los líderes políticos en los países en desarrollo están siendo intimidados para que tal alegado derecho al aborto sea hecho parte de sus leyes domésticas”, señaló por escrito Lord Windsor.
En su columna de opinión, Lord Windsor denunció con franqueza el aborto legal, que quedó incluido en la Ley de Aborto de Inglaterra de 1967, como un derecho. El aborto, él dijo, es ahora defendido como una solución para los embarazos no planificados, en particular para las muchachas jóvenes.
“Pero no es una solución justa para todos a quienes les afecta. Quedan fuera del panorama las consecuencias para ‘el ente’, siendo su naturaleza un tema sobre el cual se ha estado apasionadamente en desacuerdo durante las últimas décadas”.
Los “interminables debates filosóficos” sobre el estatuto moral del embrión, él señaló por escrito, son “pura sofistería”. “¿Quién está engañando a quién?” La realidad del aborto “se tornó visceral para mí, una vez que comencé a darle mucho pensamiento al tema”.
“Me golpeó el hecho que la terminación de un embarazo equivale, nada más ni nada menos, a la destrucción de un ser humano. Sentí quedarme sin aliento cuando pensé en esto por primera vez, tal como me sucede cada vez pienso en ello”.
Habiendo nacido en 1970, tres años luego de que el aborto fuese legalizado, Lord Windsor dijo que su reacción surge de la realización de que él mismo pudo haber sido legalmente matado si de él se hubiese pensado que era un “inconveniente”, por parte de su madre, la Duquesa de Kent.
“Mala suerte, no lo hizo. Pero mi generación ha estado bien cerca de sufrir por ello”, y “otros que son parte de mi generación no fueron tan afortunados….”
“Es por eso que para nosotros esto es un asunto bien serio, si realmente quieren saberlo. Nosotros fuimos la primera generación que realmente nos hallábamos bien vulnerables en el vientre materno. Ciertamente, el vientre materno debe ser el lugar más seguro en el mundo donde se puede estar. Pero ya no más”.
Lord Windsor vive en Roma con su esposa y sus hijos pequeños, y es el Presidente del Instituto Dignitatis Humanae (Dignidad Humana), una fundación que espera poder combatir la aceptación del aborto dentro de la esfera europea.
Su columna de opinión publicada en The Daily Telegraph y la reunión en la Casa de los Lores, se realiza en colaboración con un encuentro de un grupo de expertos en política pública y en derecho en la ONU quienes, la semana pasada, introdujeron un documento denunciando la campaña internacional de presión a favor del aborto como un “derecho”. El grupo espera que los llamados Artículos de San José le den a los países y a las organizaciones “de base” en los países, los medios para combatir dicha presión.
Durante una reunión sostenida la semana pasada en New York, Estados Unidos de América, un grupo de 30 signatarios advirtieron que las instituciones asociadas con la ONU son conocidas por no representar correctamente el derecho internacional para así promover el aborto como un reconocido derecho humano. Según la organización no gubernamental/ONG, la Catholic Family and Human Rights Institute/C-FAM (Instituto de la Familia Católica y de los Derechos Humanos), hace poco, tan sólo unas semanas, el Relator Especial de la ONU para la Salud, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, y el Secretario General de la ONU, han dicho que tal derecho existe.
Uno de los signatarios, Grover Joseph Rees III, el pasado Embajador de los Estados Unidos ante Timor del Este, le dijo a los medios de comunicación lo siguiente: “Cuando yo estaba en Timor del Este, yo vi, personalmente, un esfuerzo sostenido por parte de algunos servidores públicos internacionales, y de representantes de algunas ONG extranjeras, para intimidar a un pequeño país en desarrollo para que derogara sus leyes pro-vida”.
“El problema es que la gente, a nivel local, aún los oficiales gubernamentales, cuentan con poca argumentación para refutar la extravagante alegación de que el aborto es un derecho humano reconocido a modo internacional. Con los Artículos de San José se intenta poder ayudarlos a luchar en contra de la misma”.
Según la Human Rights Watch (Vigilancia por los Derechos Humanos), el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Committee for the Elimination of all Forms of Discrimination Against Women/CEDAW) ha ordenado a por lo menos 93 países que cambien sus leyes en torno al aborto, basado en la presunción de que el aborto es un “derecho”.
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